¡Welcome to Hosu Shipper Blog!

Como se darán cuenta he cambiado el URL ;)
Y el Blog ahora será únicamente para los fanfics, lo demás irá a la página de Facebook
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En la sección [Fanfiction] arreglé la mayoría, pero aún me faltan estos:

Beautiful Dirty Rich
Cuando el Sakura Florezca
Fairies and What!?!
Love is a Force of Nature
Lust Caution
Scut Hamsters
The Reunion
The Year Without Santa

Los fics están, sólo que les costará ubicarlos.

15 mar 2013

MIDNIGHT CRAVING

Título: Midnight Craving
Autor: Koiko
Parejas: HoSu - YooSu (unilateral)
Género: PWP (Lemon)
Extensión: One-shot
Nota: Para celebrar el HoSu Day! <3 y porque hace tiempo que quería hacer un PWP (plot what plot, osea casi nada de trama y puro...lemon xd) 
Sinopsis: Era sólo un antojo nocturno, de esos que dan a veces y son urgentes, llámalo unas tremendas ganas casi viscerales de comer chocolate de noche..,pero la oscuridad...alberga cosas que pueden resultar más que aterradoras...
*****

Tú y yo
Sin que nadie nos vea…
Disfrutándonos
[Algo me gusta de ti, Wisin y Yandel]

Junsu se removía en la cama, incapaz de dormir y aún más irritado al escuchar el tenue ronquido de Yoochun y sintiéndose completamente frustrado por no poder conciliar el sueño. Las imágenes del día relampagueaban por su mente mientras trataba de relajar sus músculos. Había aceptado ir al cine con Yoochun para pasar el rato…pero prácticamente lo había consumido la culpa al percatarse de que Changmin y Jaejoong se habían ido de compras juntos y Yunho se había quedado solo en el departamento, completamente solo…encerrado en el maldito estudio y con todo el papeleo delante de cosas por hacer, emails e itinerarios acechantes que les esperaban para la semana. El pensamiento lo torturó toda la película y prácticamente no le había prestado nada de atención, a pesar de que estaba consciente de las miradas que Yoochun le daba o cómo sus manos se rozaban tan sólo un poco más cuando ambos hurgaban para buscar palomitas de maíz. Si era sincero consigo mismo…tan sólo había salido con él para distraerse un poco, en ningún momento lo tomó como un signo de algo más…hasta que Yoochun hizo ademán de tomarle la mano cuando caminaban de vuelta y Junsu se sorprendió.
“¿Yoochunnie?” lo cuestionó, abriendo los ojos de par en par. “¿Qué—?”
“Lo siento” Yoochun balbuceó de abrupto, desviando abruptamente la mirada y con un leve rubor tiñendo sus mejillas. 
“¿Es mucho para una primera cita?” y fue entonces que a Junsu le hizo clic y se escandalizó.
“¿Cita?” exclamó, aún algo sorprendido. “¿Pensaste que esto era…una cita?”
Yoochun se quedó mudo por un segundo. Abrió y cerró la boca, el ceño fruncido y las cejas levemente arqueadas ante la expresión de sorpresa de Junsu.
“Bueno…yo…” comenzó, llevando una mano a su cuello y rascándolo en señal de nerviosismo. “No quise decírtelo directamente, pero pensé que captarías la indirecta y…” su voz se fue apagando mientras sus mejillas se encendían en la vergüenza. Junsu lanzó un suspiro, de pronto sintió lastima por toda la confusión.
“Yoochun, eres mi mejor amigo…” trató de explicarse con la voz suave y dulce para no espantar a Yoochun con la dureza de sus palabras. 
“Pero esta…cita o algo…yo, te quiero pero…no puedo verte como algo más. Yo…no te veo de la misma manera”
Yoochun bajó abruptamente la mirada, el cabello negro le caía sobre el rostro y ocultaba sus facciones, haciéndolo parecer más sombrío de lo normal, ocultando cualquier tipo de reacción.
“Creo que fue mi error” musitó, tan bajo que Junsu casi no pudo oírlo. “Quizás malinterpreté y bueno…” volvió a rascarse el cuello. “¿Olvidémonos de esto sí?” cuando subió la mirada tenía un destello suplicante en las orbes. La sonrisa de Junsu se iluminó al asentirle.
“No hay problema. Nada cambiará entre nosotros, Yoochunnie te lo aseguro” le sonrió ampliamente, dándole una palmada en el hombro. Yoochun esbozó una leve sonrisa, pero luego su expresión nuevamente se torció.
“¿Junsu, puedo hacerte una última pregunta?” los ojos escudriñantes subieron a buscar su mirada y Junsu le devolvió el contacto con curiosidad, asintiendo reiteradamente.
“¿A ti…te gusta alguien más?” apenas pronunció la pregunta los pensamientos de Junsu viajaron sin permiso al recuerdo de Yunho. Yunho…encerrado en el maldito estudio lleno de trabajo, Yunho…con ojeras prominentes y el estrés sofocándolo. Yunho…siempre con una sonrisa a pesar de todo y una palabra alegre abandonando sus labios para animarlos. Yunho…el único que podía acelerar su pulso con tan sólo un roce de sus manos. Suspiró pesadamente, confesarle a Yoochun lo que sentía por Yunho no era una opción, porque aunque el líder le correspondiera, cosa que lo veía casi imposible considerando las circunstancias, su relación jamás podría ser sacada a la luz por miedo a arruinar su futuro. Así que simplemente hizo lo que por años había hecho…ignorar sus sentimientos y pretender que su corazón no tenía dueño.
“Claro que no, Chunnie” respondió, regalándole una de sus más convincentes sonrisas. 
“Aún no ha llegado esa chica de mis sueños” lanzó una entrecortada risita y Yoochun le sonrió. Sin duda era un gran actor en disimular sus sentimientos porque Yoochun se mostró bastante convencido y el camino al departamento fue liviano y agradable, la confusión lentamente olvidada entre bromas y risitas triviales más que nada.

Junsu se refregó los ojos y lanzó un exhaustivo jadeo. Nada de lo que hiciera ni pensara lo ayudaría a dormir, así que finalmente se levantó de la cama con pasos ligeros, evitando despertar a Yoochun, y se dirigió a su closet. El ambiente estaba un poco más frío que cuando Junsu se metió a la cama sólo con su ropa interior por lo que decidió cubrirse antes de ir a la cocina por un refrigerio. Encontró lo que estaba buscando y los ojos le brillaron al ver la prenda…era una camisa alargada de seda blanca que había robado furtivamente de la habitación de Yunho la última vez que se quedaron charlando hasta tarde. Culpablemente, la había conservado y había guardado silencio cuando Yunho se percató de que le faltaba una camisa y comenzó a cuestionar a los miembros. Jaejoong tan sólo le desvió el tema aduciendo lo despistado que era y que probablemente se había ido a la basura o algo por el estilo, dejando el tema de lado, cosa que para Junsu fue muy beneficioso. 
La suave tela le acarició el cuerpo cuando Junsu se la puso y el familiar perfume de Yunho lo inundó por completo. La camisa era larga y le llegaba hasta casi medio muslo, cubriendo sus boxers. Junsu inhaló nuevamente la tela y sonrió, satisfecho; el aroma de Yunho siempre había tenido un efecto relajante sobre él, prácticamente intoxicante…

Salió entonces de la habitación con pasos ligeros. Tenía que ser muy silencioso o de lo contrario podría sobresaltar a algún miembro y no quería dar ninguna explicación acerca de sus antojos nocturnos. Llegó a la cocina y con sumo cuidado abrió el refrigerador que cedió con un ruido mucho más fuerte del que estaba esperando. Junsu maldijo entre dientes el percance mientras escudriñaba los alimentos con la mirada. Frunció el ceño al abrir el congelador y percatarse de que Jaejoong no había comprado helado. Solía comprarlo cuando se sentía ansioso e inestable o le daban sus crisis de existencialismo. A veces era un verdadero enigma, con cambios de ánimos tan súbitos y mutables como las corrientes. Recordó lo feliz que había estado Yunho cuando Jaejoong le mostró el helado y la forma en que lo había abrazado…y un ardor reptante comenzó a carcomerlo al instante. Sacudió la cabeza de abrupto al pensarlo, sintiéndose estúpido. Que él supiera…Yunho no tenía esas inclinaciones y jamás vería a alguno de los miembros como algo más que un amigo y hermano, eso estaba más que seguro; el fanservice y la efusividad eran tan sólo pantalla, pero dentro…era otra realidad. Sacándose los pensamientos de la cabeza siguió buscando algo de interés en el refrigerador. Todo estaba etiquetado con los respectivos nombres de los miembros…demonios, si tuviera algo de chocolate de seguro podría dormir sin ningún problema. Milagrosamente, sus ojos se iluminaron cuando divisó un mousse de chocolate que tenía las iniciales de Yunho en el envase. Junsu había estado demasiado lleno con palomitas de maíz para cenar con los demás, pero ahora definitivamente estaba con ánimos de un postre…y mañana temprano podría salir a la tienda y reponerle el mousse a Yunho. Si…eso era exactamente lo que haría, necesitaba el dulce sabor ansiolítico para poder dormir un poco. Sacó el mousse del refrigerador y tiró de la tapa que se abrió con un ruido algo estridente. Junsu se asustó y miró hacia atrás pero no observó ningún atisbo de siluetas o ruido de pasos. Suspiró de alivió entonces mientras sacaba una cuchara de un cajón y la hundía en el mousse, probando el delicioso sabor de la crema batida que lo recubría. Sí, Yunho definitivamente no notaría la diferencia por la mañana…él le compraría otro…dios, qué bueno estaba…

Yunho lo observó desde las sombras, camuflado entre el inicio del corredor. El estruendoso ruido del refrigerador había perturbado su sueño y la curiosidad lo sobrepasó al punto de que tenía que averiguar quién tenía semejantes hábitos nocturnos. Su sueño ya había sido interrumpido de todas formas, por lo que Yunho decidió ir por un vaso de leche tibia y quizás darle una probada a ese mousse de chocolate que había comprado hace unos días para sus momentos dulces, pero justo cuando estaba doblando por el corredor el rubio pelo de Junsu capturó su atención en la puerta del refrigerador. ‘Al parecer, atrapé al ladrón de comida nocturno…’ Yunho curvó los labios hasta que observó su mousse de chocolate en las manos de Junsu y su expresión cambió. ¡No, no podía ser! ¡Además de ser un ladrón de comida nocturno se estaba comiendo su postre! Yunho estaba a punto de interrumpirlo cuando sus ojos se adaptaron por completo a la oscuridad del lugar y se percató de algo más. El pijama que Junsu estaba usando era…no, imposible…había buscado esa camisa alargada de seda por semanas y Junsu…Junsu la tenía ahora y ¡La estaba usando como pijama! Abrió la boca prácticamente pasmado.  No sólo Junsu resultó ser un ladrón de comida, sino que ahora también era un ladrón de ropa. Una serie de ideas sobre cómo vengarse por semejante jugarreta relampaguearon por la mente de Yunho en un instante hasta que lo escuchó gemir…

Junsu se había llevado otra cucharada de mousse a la boca, los ojos cerrados mientras la delicia cremosa descendía por su garganta. El borde de la camisa alargada se levantó un poco cuando Junsu arqueó la cabeza hacia atrás, revelándole a Yunho que Junsu sólo estaba usando unos ajustados boxers blancos que tan sólo acentuaban sus atributos… combinando a la perfección con su camisa. Yunho tragó saliva, súbitamente consciente del calor que había comenzado a expandirse por su cuerpo, un cosquilleo placentero que se concentró en su bajo vientre, shockeandolo. Jamás…había reaccionado de esta manera observando a Junsu antes. Bueno…sí que lo había mirado de una forma quizás no apropiada, pero es que él era el único que le provocaba cosas inadecuadas desde que lo conoció, cosas que Yunho sabía que no podía sentir, pero jamás había sido tan…explícito. Quizás porque Yunho era demasiado bueno embotellando sus emociones, la verdad realmente no lo sabía…pero su cuerpo jamás lo había traicionado de semejante forma. No, tenía que ponerle un alto a esto, tenía que devolver a Junsu a su cuarto. Sólo así tendría alguna posibilidad de volver a dormir en paz.

“¿Junsu-ah?”
Junsu reconoció la voz de Yunho y respondió lanzando un chillido de sorpresa, dejando caer la cuchara de mousse al suelo con una maldición.
“¡Aish, Hyung!” Junsu exclamó, sobresaltado, frunciendo el ceño. “¿Qué diablos estás haciendo despierto?”
“¿Qué diablos estoy haciendo despierto?” Yunho repitió, caminando hacia él. “Debería ser yo él que te hiciera esa pregunta, considerando que tú estás despierto en medio de la noche comiéndote mi postre, y usando mi camisa”
“Bueno, aún así eso no te da el derecho a espiarme” Junsu le replicó, pero el tenue rubor ya había cubierto sus mejillas. Agradeció que estuviera oscuro o de lo contrario Yunho se habría percatado.
“Como líder estoy en todo mi derecho” se cruzó de brazos, utilizando un tono prácticamente ostentoso pero luego su voz bajó un decibel. 
“¿Por qué…estás usando mi camisa? Sabes que me devané los sesos buscándola” sus oscuros ojos persistentes buscaron su mirada pero Junsu la evitó.
“No lo sé” se encogió de hombros a pesar de que estaba consciente de la razón. Cuando subió la mirada a observar a Yunho, vio un ápice de interés en sus iris que lo incitó a seguir hablando.
“Hoy salí con Yoochun al cine, y estuvo bien y todo pero él pensó que era una cita y yo…” los ojos de Yunho no dejaban de atravesarlo con intensidad, arrancándole la respuesta en el ahora encendido fuego de sus ojos. Junsu se encontró tragando saliva casi audiblemente. Qué clase de poder ejercía Yunho en él que prácticamente sentía que se estaba ahogando en sus oscuros estanques…
“Yo…la verdad es que no pude concentrarme en la película…ni en él…sabiendo que tú estabas aquí…solo…” a pesar de que se encontraban cerca, Yunho tuvo que hacer un esfuerzo para escuchar los tenues susurros de Junsu. Avanzó un paso más cerca hacia él sin romper el contacto visual.
Junsu lo miró con ojos bien abiertos, cuestionantes y prácticamente suplicantes por alguna respuesta de sus labios. Lentamente, muy lentamente…Yunho llevó la mano hasta su mejilla. Los ojos de Junsu se cerraron en el contacto, una parte de él desesperada por sentir sus labios…en cambio, su cálido pulgar rozó el carnoso labio inferior.
“Tienes chocolate en tus labios…” Yunho le explicó, con la voz ronca y profunda que lanzó un cosquilleo directo a la espina  dorsal de Junsu.
El labio de Junsu ardió. Ese pequeño y dulce contacto de Yunho lo había encendido más que cualquier otro beso o contacto que había experimentado antes. Sin pensarlo, Junsu se movió y chupó el rastro de chocolate del pulgar de Yunho. Yunho suspiró en sorpresa y luego volvió a coger su mejilla. La tensión entre ambos prácticamente podía cortar cual navaja y todo…parecía estar a punto de explotar.
“Junsu…” Yunho susurró, apenas inclinándose hasta su nivel y casi con un dejo de advertencia… Pero Junsu subió el rostro y se aproximó más.
“Junsu…” sus labios apenas rozaron los de Junsu. Yunho sintió las manos de Junsu reptar por su torso hasta el borde de su sudadera, apenas tentando.
“Junsu” dijo una vez más antes de mandar todo al diablo y fundirse con sus labios. Yunho pudo percibir el estremecimiento en Junsu, pero luego se entregó por completo y ladeó la cabeza para profundizar el beso, entre abriendo sus labios para dar paso a su cálida y húmeda lengua. Aun incapaz de creer que todo esto estuviese sucediendo…Yunho y él besándose en la oscuridad…pero su mente rápidamente se acallaba para ser consumida por todo lo que Yunho le estaba provocando.

Para Yunho, el beso comenzó sabiendo a chocolate…pero cuando se profundizó y sus lenguas se acomodaron y danzaron en su propio ritmo comenzó a saber más a Junsu, dulce y adictiva miel. Junsu retiró apenas su rostro para lanzar un tenue gemido cuando Yunho mordió su labio inferior y una descarga de placer lo recorrió de pies a cabeza. El sonido provocó que el calor se expandiera como una onda de energía, descontrolando a Yunho, que aprovechó el movimiento para alzar a Junsu hasta la mesa, sentándolo en ella. Sus dedos recorrieron los rubios mechones con una sonrisa mientras Junsu se acomodaba mejor y rodeaba las piernas alrededor de la cintura de Yunho, atrayéndolo a su cuerpo en un osado y duro contacto que le voló la mente.
“Mierda, Junsu” masculló al arquear sus caderas contra las suyas y cazar sus labios en un beso voraz. Yunho estaba completamente embriagado en Junsu. Todo en él era suave…su torso, sus cabellos, sus labios. Junsu lo jaló del cabello con fuerza cuando lo sintió morderle y succionarle el lóbulo y dejó escapar un gemido en contra. Mechones del cabello castaño de Yunho cayeron a la mesa mientras la fricción continuaba. El tiempo se aceleraba, se detenía y se volvía a acelerar en el vaivén de sus movimientos.
El aliento de Junsu quedando atrapado en su garganta cuando Yunho comenzó a repartir besos por debajo de su mandíbula, descendiendo directo a la sensible piel de su cuello. Se agitó aún más y jadeó al sentir las pequeñas mordidas que Yunho dejaba en su piel pero el pensamiento de amanecer con marcas rojizas tan sólo lo excitaba más. Trató de acercarse más al borde de la mesa para mantenerse en constante contacto con el duro bulto y cuando Yunho succionó sus clavículas la mano de Junsu apoyada en la mesa perdió el soporte y accidentalmente golpeó un plato que había quedado olvidado probablemente de un bocadillo furtivo previo, que cayó al suelo y se hizo añicos con un abrupto sonido estridente…
Junsu se tensó al escuchar un sonido de pasos. ‘Yoochun’…pensó al instante, bajándose de la mesa y separando a Yunho tan sólo un poco de su cuerpo.
“J-Junsu…” Yunho jadeó. “¿Qué—?” Junsu le puso un dedo en sus labios para silenciarlo.
“¿Junsu…eres tú?” la voz de Yoochun se escuchaba somnolienta y cansada. Junsu rápidamente se apresuró a la entrada para bloquearle a Yoochun la visión de la cocina.
“Si, Yoochun. No podía dormir y me estaba haciendo un poco de leche tibia pero rompí un tazón” su voz salió calmada y convincente a pesar de que la excitación fluía por su torrente al tener el sabor de Yunho latente en sus labios. Yunho se quedó inmóvil, encogido tras la figura de Junsu. Se sentía prácticamente como un adolescente atrapado haciendo algo malo por sus padres. El pulso acelerado le retumbaba por el cuerpo y el sabor de Junsu lo acechaba en la búsqueda por más mientras escuchaba como Junsu le hablaba a Yoochun y lo devolvía a la cama.
“Debería seguirlo o sospechará algo raro…” Junsu susurró, sus ojos suplicantes y brillosos  contra la mirada oscura de Yunho. Yunho le asintió, pero antes de dejarlo escapar lo atrajo nuevamente hacia sí para probar sus labios. El chocolate aún persistía mientras rozaba el interior de su boca con su lengua, pero lo que más lo intoxicaba era el sabor de él…
“Esto no se acaba aquí” Yunho murmuró al buscar aire, voz ronca y dominante, y Junsu sintió que se derretía.
“¿Ah no?” Junsu le sonrió, apenas ladeando la cabeza y curvando sus labios en una sonrisa tentativa. “Yo tan sólo estaba saciando mi antojo nocturno”
“No sé por qué tengo la impresión de que no te estás refiriendo al chocolate…” Yunho le devolvió la sonrisa y  volvió a acercar sus labios a los suyos, mordiendo su grueso e incitante labio inferior. Junsu lanzó un pequeño quejido, rodeando los brazos por su cuello.
“Saca tus propias conclusiones” le susurró, con el ápice de fuego brillando en sus ojos y luego de una breve caricia a sus mechones se volteó para darle la espalda, pero no fue capaz de avanzar ni dos pasos cuando los fuertes brazos de Yunho lo envolvieron y se sintió presionado directo a su calor, incapaz de contener el gemido que escapó de sus labios.
“Mira lo que has provocado…” Yunho le susurró contra su oído e hizo presión en el amarre de su cintura, apegándolo a su cuerpo. Junsu podía sentir su dureza como barra de acero contra sus glúteos, y estaba a punto, a punto de enloquecer. Incapaz de contenerse, movió su parte trasera en contra, volviendo a gemir. Se sentía completamente trastornado e irracional, reduciéndose a un atado de necesidad…
“No…sigas…” la voz de Yunho era una mezcla de frustración y reprimido deseo. 
“No me obligues a tomarte aquí mismo, porque estoy a punto, a punto de hacerlo” las manos de Yunho se deslizaron por debajo de la seda y se clavaron en los costados de su cintura, acentuando sus palabras con el gesto. Junsu arqueó la cabeza hacia atrás, su cuerpo respaldado contra el de Yunho y su erección pulsante abultándose dolorosamente contra sus boxers.
“Te necesito…” jadeó, sin una condenada pisca de razón. “Y-Yunho…te necesito, esto es más que un antojo y lo sabes. Yo…llevo años sintiéndome así…” Junsu tenía los ojos cerrados mientras las palabras le emergían desde adentro cual burbujas en ebullición. 
“Te amo Yunho…ya no me tortures más y—” fue cortado por una de las manos de Yunho que voló hasta su rostro, girándolo para volver a fundirse con sus labios. El beso ya no era dulce ni tentativo, ahora había pura necesidad reflejada en los mordiscos y jadeos que se sofocaban entre sus labios. Yunho rompió el beso cuando estuvo obligado a respirar y se apoyó contra la frente de Junsu.
“Jamás…pensé que escucharía eso de ti. Me sentía como un enfermo cuando te miraba de una manera…bueno, no de una buena manera y míranos ahora…” lanzó una entrecortada risita y Junsu le abrió los ojos de par en par, pupilas dilatadas y brillosas con la mezcla de lujuria y júbilo.
“¿También…me amas?” preguntó, con el corazón latiéndole a mil por horas y la sangre cosquilleándole en las venas.
“Más que a ese bendito mousse de chocolate” volvió a reír, sonriéndole ampliamente. “Al principio me sentía enfermo, pero luego comprendí de que no podía cambiar mi corazón. Tú ya te lo habías llevado y no había forma de volver atrás” sus alientos se fundieron en segundos en los que se transmitieron lo que sentían tan sólo con sus erráticos jadeos y los pulsos acelerados. Luego, Junsu lentamente se giró entre los brazos de Yunho, rodeando los brazos por su cuello y abrazándose a su cuerpo. Reprimió un gemido contra su pecho cuando los bultos duros se encontraron y el calor regresó reptando por su cuerpo con verdaderos tentáculos de fuego. Las manos de Yunho se enredaron en los rubios mechones mientras nuevamente le alzaba el rostro para saciarse con sus labios, lentamente comenzando a descender por sus costados; Junsu se rozaba y se agitaba contra su cuerpo, excitado y febril. Sintió las manos de Yunho abruptamente en sus glúteos y mordió sus labios con fuerza para evitar gemir audiblemente.
“Q-Quiero…hacértelo…Junsu…” la voz profunda y ronca electrificó hasta su última terminación nerviosa mientras sus fuertes manos comenzaron a masajear la carne. Junsu se perdía…simplemente ya no podía más. No le importaba absolutamente nada, tenía que sentir a Yunho ya.
“Hazlo…” apenas pudo encontrar su voz mientras trataba de hacer la fricción entre sus entrepiernas constante. El gruñido bajo de Yunho fue el detonante y abruptamente llevó una mano a la pierna de Junsu, haciéndola encajar contra su cintura. El sonido inmediatamente sofocado por los labios de Yunho en un breve contacto.
“Será brusco y doloroso” Yunho le advirtió aún con el deseo tensándole las entrañas, mientras buscaba el contacto visual y su mano libre recorría la pierna restante de Junsu de arriba abajo. Junsu no le respondió con palabras y tan sólo terminó de trepar a su cintura, ganándose un gemido bajo de Yunho como la música más dulce para sus oídos.

Lo más difícil de todo fue hacerse camino hasta la habitación de Yunho tratando de no hacer ruido, sobre todo teniendo a Junsu presionando contra su cuerpo y sus labios hambrientos lamiendo la piel de su cuello mientras el líder se mordía los labios y caminaba sigilosamente por el corredor. Maniobró con la puerta y la abrió, trastabillando hasta dejar finalmente a Junsu tendido sobre su cama, quien se estiró en ella e inhaló la esencia de Yunho que tanto lo embriagaba mientras su amante revisaba el pasillo y cerraba la puerta tras de sí.
“Aún puedes escapar…” Yunho le dijo, apoyando su espalda en la puerta. Junsu le sonrió y tan sólo llevó los brazos hasta el borde de la larga camisa de seda blanca, tirando de ella para removerla de su cuerpo, la piel de chocolate blanco de Junsu revelándose ante Yunho para su propio festín…
“¿Te queda alguna duda?” Junsu ladeó su cabeza, sonriéndole tentativamente mientras observaba a Yunho lentamente caminando hacia la cama, tirando su sudadera al suelo y quitándose los boxers en el camino para quedar en condiciones para su amante. Junsu se sintió aún más agitado con tan sólo ver la firme y tostada piel canela que lo saludaba con tanto esplendor, y su erección…oh, dios…alzada con fiereza y dura como el acero. Junsu abruptamente fue atacado por una urgencia de tocar su pecho y delinear sus abdominales, rozar su miembro y comprobar su dureza en su propia palma…como tantas noches soñó y despertó en excitación. Pudo cumplir su fantasía apenas tuvo a Yunho a su alcance y él se abalanzó contra su figura, sus labios fundiéndose y la cama crujiendo con el nuevo peso. Los dedos de Junsu rozaron hasta la última parte de su torso expuesta, poniéndole énfasis en esos tentadores abdominales que más de una vez lo habían hecho perderse un paso al pensar en su figura. La lengua de Yunho lo acariciaba y lo enloquecía, dejando un húmedo trayecto que inició en sus labios para luego descender hasta la piel de su pecho. Junsu mordió sus labios con fuerza cuando Yunho le pasó los labios por un rosado pezón, succionando el capullo endurecido y rodeándolo con la lengua. Su espalda se arqueó y otro gemido intentó escapársele cuando su ardiente lengua le dio la misma atención al otro. Yunho sonrió, satisfecho, al descender sus besos y escuchar lo agitada que estaba su respiración, las bocanadas de aire tornándose más erráticas  cuando Yunho llegó hasta el borde de los apretados bóxers. El bulto se presionaba contra la tela con fiereza y cuando Yunho lo palpó con sus manos Junsu gimió, agobiado…
“Y-Yunho” Junsu le reclamó, arqueando las caderas hacia arriba y buscando con desesperación el contacto. Estaba muriendo por algo de liberación, su erección le dolía con cada tortuosa moción. Yunho deslizó la prenda por sus muslos hasta arrojarla al suelo y por un segundo Junsu se ruborizó cuando sus ojos hambrientos lo devoraron por completo…pero la vergüenza murió cuando esos dedos largos y cálidos se envolvieron en el largo y fue todo lo que le tomó para dejar de pensar.
Yunho comenzó a frotar lento, apenas subiendo y bajando y tentando…grabando en su mente cada facción del rostro de Junsu y los cambios que mostraba cuando aumentaba la velocidad, acariciaba sus testículos y le rozaba la abertura. Junsu se mordía el labio y ya lo tenía prácticamente enrojecido en la contención de los ruidos…pero le fue imposible reprimir el quejido que se escapó cuando la mano de Yunho lo abandonó y bajó hasta el interior de sus muslos, yemas apenas tentando su entrada…
“A-Ahh…Yun-ho…” la sensación era extraña, pero aquel roce lo había descontrolado en ganas de sentir más contacto. Se presionó hacia abajo, en contra y llevó una de sus manos a rozar la erección de Yunho, sorprendiéndose de la humedad que se encontró. Por instinto, Junsu le pasó el pulgar y lo recorrió con ella. Yunho gimió y sacudió las caderas contra su mano y la humedad lo lubricó.
“Qué duro estás…” Junsu le susurró, voz chorreando lujuria mientras bombeaba de arriba abajo la carne que pronto comenzó a pulsar. Yunho gruñó y retiró su mano de abrupto ante su mirada cuestionante.
“No hagas eso…no quiero dejarte a medias” Yunho le sonrió, recubriendo sus dedos con saliva antes de llevar a testear uno a la entrada de Junsu. Lo introdujo y él inmediatamente se removió con fuerza, incómodo.
“Quieto…” Yunho lo calmó, llevando su mano libre a su cadera para sostenerlo. “Tengo que hacer esto o te dolerá más” sus ojos hicieron contacto con los suyos. Había dulzura en su tono a pesar de toda la lujuria y Junsu volvió a embriagarse en la visión de Yunho a punto de corromperlo. Aún le parecía increíble que estuviera sucediendo y la euforia de saber que Yunho sería el primero lo hizo suspirar. Asintió, esbozándole una sonrisa.
Era incómodo y ajeno, pero cuando Yunho comenzó a mover con más rapidez el dedo algo dentro comenzó a ceder y de pronto ya no se sintió tan raro. Los ojos de Junsu se cerraron mientras se acostumbraba a la sensación; Yunho había introducido otro dedo y ahora movía ambos a la par, haciendo lentos movimientos circulares y sorprendiéndose ante el estrecho y caliente pasaje que lo aguardaba cuando se enterrara. El pensamiento fue capaz de hacer pulsar su miembro y de pronto se encontró apurando sus movimientos. Un tercero dedo acompañó al par y en un vaivén inesperado Yunho golpeó el punto dulce de Junsu. Sus ojos se abrieron y el gemido que se le escapó fue completamente enloquecedor.
“M-Mas…” gimió, volviendo a cerrar los ojos y presionándose contra sus dedos. No tenía idea de lo que Yunho le había hecho pero le produjo un cosquilleo espasmódico que lo recorrió de la cabeza a los pies, y de pronto se sintió desesperado por volver a sentirlo. 
“M-Más Yunho…q-quiero sentir…eso…” apenas pronunció esas palabras los dedos de Yunho lo abandonaron y sintió el vacío, pero cuando su erección rozó su entrada se congeló y contuvo la respiración.
“Iré…despacio” Yunho apenas podía articular. El placer que se había revelado en las facciones de Junsu era completamente desquiciante. Esperó a que asintiera y luego comenzó a empujar, lento…apretando los dientes para no irrumpir de una sola estocada en el calor estrecho que se apegó a su erecta piel en una ardiente constricción. Junsu se llevó la mano a la boca para sofocar el grito que desgarró su garganta. Dolía, dolía como los mil demonios…todo su cuerpo se tensó y su espalda se arqueó violentamente, pero Yunho lo sostuvo a la cama con sus manos.
“Due…le…” Junsu se quejó, tratando de removerse. Tenía los ojos humedecidos mientras luchaba por relajarse ante el cuerpo ajeno en su interior. 
“Y-Yunnie…d-duele…”
“Tranquilo, Su…” Yunho comenzó a trazar lentos círculos con sus yemas alrededor de sus caderas. Estaba aterrado de haber hecho algo mal y el dolor en las facciones de Junsu le comprimía el pecho. 
“Mírame, respira…voy a parar si—”
“¡No!” Junsu exclamó, tirando del cuerpo de Yunho hacia sí para juntar sus labios. El movimiento provocó que Yunho se enterrara de abrupto y el ahogado quejido de Junsu fue sofocado por sus labios.
“Muévete…” Junsu le susurró, mirando a Yunho a los ojos. Yunho dudó pero cuando Junsu lo urgió comenzando a auto penetrarse, experimentando con su dolor y mordiendo sus labios, decidió por tomar el ritmo. Tomó el soporte de sus caderas y comenzó a moverse lento, apenas friccionando dentro. Junsu jadeaba erráticamente en la lucha por relajarse ante la sensación, pero cuando Yunho fue ganando velocidad de a poco comenzó a sentirse mejor…y luego se trasformó en una verdadera explosión al encontrar su punto y golpearlo en un estocada que le arrancó un gemido tan audible que Yunho temió que alguien se despertara. Sin embargo, poco pudo pensar porque en ese mismo instante Junsu rodeó las piernas por su cintura y lo atrajo de nuevo a las profundidades de su calor, al punto de tener sus estocadas fuertes y cada vez más dentro, golpeando y friccionando dentro y transformando a Junsu en un atado de gimoteos y plegarias de placer.
“¡A-Ahh, Yun-ho! Mhm…m-me encanta tenerte...¡ah!...dentro….” Junsu gimoteaba sin ningún pudor alguno, articulando en todo su éxtasis, olvidándose por completo del lugar y del tiempo para perderse solamente en Yunho, en sus labios…y en su cuerpo, en todo lo que le provocaba su bendito cuerpo…
“Mío….” Yunho jadeaba entre embestida y embestida, cada vez más fuerte. “J-Jun…su…e-eres mío…sólo mío…para siempre…” podía sentirlo, su clímax a punto de explotar con cada gemido que Junsu trataba de sofocar, algunos en vano, otros reprimidos entre sus labios enrojecidos. El ultimo embiste junto con un ronco ‘mío’ fue el detonante y Junsu colapsó con el nombre de Yunho  escapándose de sus labios en un agudo gemido, su semilla salpicando su torso. La seguidilla de embestidas de Yunho fueron precisas y desquiciantes, todo los gemidos sofocados entre  besos intermitentes pero cuando Yunho llegó a su clímax y lo llenó por completo, Junsu no lo pudo mitigar, el ardiente líquido le quemó por dentro con un nuevo gemido, dejándolo completamente exhausto y satisfecho.
Yunho se retiró del cuerpo de Junsu dejando un sordo vacío en su interior que luego fue reemplazado por su cálido cuerpo desplomándose contra el suyo, sudoroso e igual de exhausto.
Se quedaron entrelazados por unos minutos, tan sólo escuchando ambos latidos cardiacos y las respiraciones volviendo a la normalidad al bajar de la vorágine de su fuego. Cuando Junsu volvió a hablar, Yunho ya casi había caído dormido…
“Amor…” le susurró, delineando sus costados con sus dedos. Yunho apenas reaccionó, abriendo sólo un ojo para mirarlo y Junsu le sonrió.
“Tengo que volver. Si Yoochun se despierta y no me encuentra, se levantará de nuevo y no sé cómo explicaremos esto. Además quedó el plato roto en la cocina…” murmuró de mala gana, no queriendo romper el clima pero realmente no tenía otra opción. Yunho suspiró pesadamente, rodando hacia a un lado para dejarlo libre.
“Si, tienes razón. No sería muy bueno si se enterara de forma tan abrupta…pero ya lo sabrá, al igual que todos y así no tendremos que escabullirnos más” le aseguró, guiñándole un ojo. Junsu le sonrió y se colgó de su cuello nuevamente para darle un beso cálido, lleno de todo el amor que habían concretado.
“Le mentí acerca de mi sexualidad…” confesó cuando se separó de sus labios. “Espero que no lo tome mal”
“¿De verdad?” Yunho le arqueó ambas cejas. “Bueno, a mí no se me habría pasado por la cabeza que tenías…estas inclinaciones” lanzó una entrecortada risita y Junsu lo miró, divertido.
“Podría decir lo mismo de ti” le arqueó una ceja y luego sonrió cuando Yunho lo volvió a atraer hacia sí.
“Digamos que…es sólo una  cosa de ti” le susurró al rozar sus labios. Junsu profundizó el beso y en el roce de sus lenguas consideró en mandar todo al diablo y dormir con Yunho, pero ya habían decidido que sería muy abrupto y sospechoso.
“Te amo” Junsu le sonrió al romper el beso y Yunho reflejó su sonrisa.
“Tambien te amo Su, vete ya antes de que no te deje escapar…” Junsu se descolgó del abrazo, ganándose una nalgada de Yunho cuando se paró en el borde de la cama. Junsu fingió molestia pero Yunho le sacó la lengua y todo quedó en risas.
Caminó hasta donde se encontraban sus boxers, percatándose del dolor persistente que sentía en su parte baja…el recordatorio. Hizo una mueca torcida al agacharse para ponerse la ropa interior y luego tomó la camisa de seda de Yunho del suelo, subiendo la mirada hacia él.
“Acerca de tu camisa…”
“Quédatela” Yunho le contestó, levantando una mano. “Te queda mejor a ti de todas formas”
Junsu lanzó una risita, lanzándole un beso con la mano y susurrando un buenas noches antes de caminar y desaparecer tras la puerta.

-o-

A la mañana siguiente, Yoochun madrugó para salir a correr y fue directo a la cocina a preparar su desayuno. Todo estaba en orden con excepción de un plato roto en vez de un tazón en el basurero y restos de mechones castaños sobre la mesa. Extrañado, tomó los restos de cabello, reconociéndolos, y las palabras de Junsu volvieron a su mente mientras la cólera le ardía por su torrente. ‘Ese hijo de perra me mintió…’


FIN


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Koiko: ¡Chan-Chan! y lo terminé ahi sólo para alimentar la imaginación de la menuda controversia que sucederá cuando Yoochun dejé la grande encarando al parcito...jeje e.e Espero que les haya gustado, es mi primer PWP y espero que no sea el último...de hecho, ya tengo uno en mente pero con nada de trama y puro smut jojo 1313 Trabajaré en ello cuando la musa me llegue por completo :B
Los comentarios son el amor y el alimento de esta humilde escritora <3

2 comentarios:

  1. Jooo... ni modo Yoochun debes entender que Junsu no te quiso hacer daño diciendote de quien estaba enamorado, espero lo comprendas.

    HoSu... lo amee, me gusto muchisimo la forma en como se confesaron su amor.

    Koiko, te quedo genial como todo lo que escribes!!!

    ire corriendo a leer los demas.

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  2. wao, y todo por q junsu se estaba comiendo el mousse de yunho xDDD menos mal q estaba con la camiza de yunho, aunq quizas q hara yoochun, ya veo a changin y jae intentando calmarlo xDD y yunho encarandolo y dejando las cosas claras jajaajaj, grax por el fic, me gusto y estare esperando otro de tu autoria xDD

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